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domingo, 1 de enero de 2012

Aquí Eva Ochoa, reportándose.

No preguntes, amigo lector, quién carajos es Eva Ochoa o qué hace escribiendo en este lugar:
te anticipo que no se la respuesta a una sola de tus dudas.

La historia, en realidad, es bastante sencilla: pasó que -todavía no entiendo muy bien porqué- me invitaron a este proyecto. Me invitaron y me latió.
Así pues, confiando nada más que en latidos, me aventuré a escribir; por mera corazonada hoy comienzo el camino que lleva a las estrellas, andando a lado de personas que deslumbran a penas conocer.

¿Pero cómo llegar a las estrellas, cuando ni siquiera he aprendido a utilizar el trasporte público de mi ciudad? He de advertirte que en más de una ocasión perderé el rumbo, andaré en círculos o simplemente me sentaré en la banqueta: así es cómo comienza a brotar el caos que es mi vida.

Has de disculpar lo coloquial de mis letras, los delirios insomnes y mis fantasmas, a quienes a veces les gusta salir a saludar.

Eva Ochoa bebe el café bien cargado, nunca recuerda dónde ha dejado las llaves y ama los jeans desgastados. No digas que no te advertí.

2 comentarios:

  1. Bienaventurados sean los ojos que te lean porque de ellos será el reino de (la evolución de)las letras.
    Saludos, colega. :)

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  2. Amiga, linda introducción... Aún no quiero llegar a la hora de mi presentación.

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