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miércoles, 30 de mayo de 2012

Milagros

Eran tantas cosas nuevas: la creencia de los milagros era una. Muchos creen en los milagros de los divinos, pero esos seres divinos nunca les fui de su gran agrado, quizá porque nunca puse esmero… no lo sé. Pero en lo que sí creo, es en el poder de las personas. Ver como cada día se desvaloran y rezan… no a su alma, ni a su corazón.
Yo siempre he creído que como un barco en altamar yo voy, voy. El destino me ha complacido en muchas cosas, incluso en dejarme ver lo que puede pasar en mi vida: ir y venir. Y valoro entonces el presente. No entiendo muchas cosas de mí, el porqué de mi negligencia y de mi indisciplina, por ejemplo. No entiendo porque de repente me agarra el anarquismo tan estúpidamente, ¿porqué no puedo ser disciplinada, porque no me dirijo a lo que debo y me dejo de meter en problemas?. ¿Qué tienen los problemas que me encantan?.  No lo sé… esa parte es la que odio y no entiendo de mí. Sí, será una gran batalla: anarquismo vs. Mamá. Y ¿Cómo equilibrar, cómo no revelarse, como hacer lo que se te pide?. No puedo, pero quisiera entender: soy todo una lucha de contrarios y los contrarios no se pueden convertir en un sentimiento solo.
Ahora aterrizo una idea más y creo en los milagros, como dije no en los hechos por los divinos, si no por las personas. Porque creo que son los milagros más brillosos: ¡¡un humano, con sus defectos y virtudes, haciendo un milagro!!. Hay muchos milagros: el amor, el cambio, la paciencia, la felicidad, la aceptación, entre otros… y creo que he cometido uno de ellos: el amor.  Amarme a mí y a mi propia luz, amar todo lo que me rodea y lo que vale la pena. El amor hacia una persona de esa que puede sobreponerse a cualquier otra virtud poderosa. Ese fue el milagro más enorme que he hecho, hasta ahora. Pero muchos otros esperan a que cumpla otro: La evolución.
Por eso soy el sonido del silencio, libre con olor a transparencia, hermosos colores puros y brillantes, soy la vida de mi vida, soy la vida de tu vida, soy la hoja que se aferra a la vida y a ti, la que llora con sangre, la que cura con besos y carisias tus tristezas, la salvaje que te quita el sueño porque soy el frío fuego, la guitarra armoniosamente desafinada, la que tu camino desvía, la que es maldita, la incomprendida, la que mueve mares de sentimientos: buenos, malos. La que desenfrenadamente te ama, la que te grita al oído palabras tiernas… la que te toca y te retuerces, la primavera que no quiere un jardín, tu vida- mi vida, la que va y regresa para no irse de la eternidad. La que te escucha con los oídos ensordecidos, la que te ama por toda una vida, la que nunca te olvida, el eco que guarda tus palabras y tu voz en lo inmenso, la que guarda tu mirada en mi mirada, te toca y en mis manos está tu piel. Yo soy la verdad y tu verdad, lo que quieras que sea soy, lo que yo quiero ser, soy. Pero soy el viento, soy el viento salvaje y desenfrenado… salvaje y desenfrenado… viento salvaje y desenfrenado…
La guerra iba a ser pesada, entre el deber ser y mi ser. Entre lo inmortal y lo que se acaba. Entre una vida llena y una vida complicada… todo era una guerra, una lucha dentro de ti, de uno. Dentro de cada cuerpo hay un mundo lleno de entes que desean salir y manifestarse primero que el de al lado, entonces es una guerra. Por eso creo que es raro cuando un día, sin llamado alguno, te sientes tan neutro, porque no hay porque pelear.
Una vez pelee con madre porque ella piensa que sabe lo que siento. Entonces fue gracioso, porque una pelea dentro de mí y luego otra afuera donde siempre debes de tirar el blasón y doblegarte. Pero claro! La nena no desea doblegarse porque cree en la libertad y no en la sensatez. Pero a veces me pregunto: ¿Cuándo te doblegas y cuándo luchas? Puedes pensar que es simple sólo con saber si te conviene, pero ¿Cuándo saber eso, si es tu propia madre la que te dirige y a veces se equivoca? No lo sé… complica muchas cosas o ¿será que yo?
Milagros, los milagros. Como una vez escuché en una película: Dios da y dios dispone. He tenido la iluminación del amor, pero no la del cambio. Ese es el camino más complejo de mi vida: el cambio a lo que se supone me conviene. Los milagros se buscan y se cantan, se imploran a tu alma y se hacen, y ¿Por qué no puedo hacer ese cambio? A veces siento que busco la fuente de toda esa rebeldía innecesaria. Una vez, en otra película, los seres eran malos por naturaleza y sólo el amor entre ellos los calmaba, no quiero pensar que soy indisciplinada por naturaleza, pero no sé como buscarlo… y creo que ese es el milagro que me falta.  Algo nuevo se avecina.


C.V.  

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