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viernes, 24 de febrero de 2012

Y todo empezó con un cuernito y la plática de un himen


Antes de empezar a publicar las cosas que escribo y que para Brenda Díaz le parecieron buenas como para invitarme a ser parte de este blog. Soy una más de ellas, de estas mujeres que escriben, conozco a pocas de ellas, y de todas soy la principiante. Espero ser de su agrado. Aunque lo que escriba sea chiquito no significa que sea flojera, sólo que me cuesta alargar las cosas. Les dejo algo chiquito para presentarme.
Él ha hecho los mejores dibujos que he visto, las mejores pinturas. Una pintura de hongos la colgó en su recámara. tenía un bote lleno de pinturas largas y profesionales. Me heredó su cuaderno con dibujos de Aztecas, Jesús, rostros, mujeres.
Tiene una habilidad sorprendente. Mi herencia se ha quedado en una maleta, bajo una cama, en una recámara con paso directo a la pileta de agua.
Mi herencia ya está café y huele a viejo. Huele a que sabe rico.
Hace poco que lo recuerdo, inició con mis clases de literatura hablando de de pinturas impresionistas y sus técnicas de manchones. Así era el cuadro de los hongos, así era el cuaderno.
Quiero volver a ver al artista que jamás fue artista, que fue mi padre y jamás fue mi padre.
Quisiera verlo con sus magníficas obras en mis manos y sin hacer más nada. Irme. No le dejaré nadita de lo que dejó en su otro hogar. Nadamás le nacerá la espinita del "¿a quién diablos vi y qué me quiso dar a entender?"
Quiero que vuelva a pintar. Que no me vuelva a querer, pero que vuelva a pintar a escondidas y me vuelva a heredar.
Ximena Cuevas

3 comentarios:

  1. Usted, mujer de la manzana -de Eva que ahora será de Ximena- me acaba de confirmar lo que le dije durante la conversación en los LACE. Me gusta su talento.
    ¡Bienvenida!

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  2. Muchísimas gracias, espero aprender más de todas ustedes.

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