Translate

martes, 5 de junio de 2012

Huele a nosotros


Huele a lluvia, a café negro, a sábado por la tarde... Huele a tu partida.
Veo nubes en el cielo, nubes grises. Nubes ahogadas en un «tal vez», en un «ya no te quiero».
Debí prestarle atención a mi madre cuando me decía que no me encariñara contigo, que no me convenías, que solo me herirías. Debí, pero bien sabes que nunca le presté atención a nadie, a nadie mas que a ti. 
Salgo al balcón y siento como una y mil gotas me mojan la piel y me recuerdan a tus labios húmedos recorriendo mi cuerpo suavemente.
Me pregunto en qué momento te perdí; o, mejor dicho, en qué momento me perdiste. ¿Cuándo y cómo fue que mi esencia comenzó a desvanecerse ante ti? ¿Cuándo y cómo fue que comencé a ser imperceptible para ti? Y, aún más, ¿cuándo y cómo fue que tú comenzaste a serlo para mí? De la noche a la mañana todo murió, todo pasó de «invencible» a «invisible».
¿Recuerdas cuando eramos todo el uno para el otro? ¿Cuándo eramos nosotros contra el mundo? 
Nos conocimos. Nos enamoramos. Nos quisimos. Nos amamos. Me quisiste. Me olvidaste. Nos apartaste de tu lado.
Ahora solo me queda el recuerdo, el recuerdo de lo que pensé que pudo haber sido y no fue; el recuerdo de lo que pensé que no pudo haber sido y fue. 
Me queda el recuerdo, un recuerdo viviente. Un recuerdo que huele a amor, a pan tostado, a leche materna... Que huele a ti y que huele a mí. Que huele a "nosotros".


No hay comentarios:

Publicar un comentario