Translate

sábado, 13 de abril de 2013

El chico Vertiz


Hoy, cerca de la casa de mis padres, me encontré con un par de chicos que, aunque no vestían como patinetos, no hacían acrobacias como ellos y ni siquiera se podían subir a su patineta, se creían skaters. Eran decepcionantes, pero me hicieron recordar lo que ocurrió aquel 9 de diciembre.
Era viernes. Ese día mi amiga Constanza dio un concierto que comenzó a las seis de la tarde. Como llegué las 4:30 decidí ir a la glorieta que quedaba enfrente del lugar del evento. En el centro de la glorieta había un amplio espacio por donde transitaba la gente, esa misma zona servía de pista de entrenamiento a un trío de patinetos que llegaron alrededor de las cinco y cuarto.
Eran tres jóvenes de no más de veinte años. Dos de ellos vestían bluyines: uno llevaba puesta una sudadera con capucha en color negro, el otro una playera roja de mangas a tres cuartos. El  tercero tenía un pantalón cargo café claro que le llegaba debajo de las rodillas, una playera blanca de mangas cortas y cargaba una mochila que a simple vista parecía de la marca North Face. Los tres usaban tenis del mismo color y modelo: Nike Mogan, negro con blanco.
Intentaron hacer un Pop shove-it ocho veces continuas sin obtener éxito. El chico del pantalón cargo decidió poner música y la primera canción que se reprodujo fue Bittersweet symphony. Pareció que ésta fue su inspiración pues mientras los otros dos se sentaron con cara de derrotados, él logró hacer su truco. Por desgracia su patineta se atoró en un “hoyo fantasma” y salió disparado.
Justo cuando se estaba levantando llegaron un par de bikers que se fueron junto con sus amigos. El chico Pop shove-it se sentó en la banca que estaba justo frente a mí. Tomó su mochila y sacó objetos de dibujo.
Lo miré fijamente pues admito que era un muchacho muy lindo. Tenía piel blanca con pequitas en sus pómulos y brazos que atribuí a cada hora que pasaba bajo el sol entrenando sus acrobacias. Su cabello era muy parecido al de Jensen Ackles cuando actuó en Smallville: corto, sin peinar y de color castaño claro. Medía aproximadamente 1.75 y calculo que no pesaba más de setenta kilos porque era un chico delgado, pero robusto. Lo que más me gustó del él fue la manera en que clavó sus ojos color miel en la profundidad de su dibujo y los movimientos que hacían sus manos largas y venosas en cada trazo. ¡Ay, nada más de acordarme!… En serio: esos wannabe que vi hoy no se parecían en nada al chico Vertiz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario